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Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

sábado, 18 de agosto de 2007

No todo es polaca

Como dice el buen Monsi, Por mi madre bohemios que: Me encanta Dios, así que hazme la grande y que pierda el América, esos nacos no son chidos.

ME ENCANTA DIOS (Jaime Sabines)

Me encanta Dios. Es un viejo magnífico que no se toma en serio. A él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.

Nos ha enviado a algunos tipos excepcionales como Buda, o Cristo, o Mahoma, o mi tía Chofi, para que nos digan que nos portemos bien. Pero esto a él no le preocupa mucho: nos conoce. Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte: para que la vida —no tú ni yo— la vida, sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Bang... Pero ¿qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto sólo para agencias de viajes.

A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas. Y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho —frente al ataque de los antibióticos— ¡bacterias mutantes!

Viejo sabio o niño explorador, cuando deja de jugar con sus soldaditos de plomo y de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.

Mueve una mano y hace el mar, y mueve la otra y hace el bosque. Y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes, pedazos de su aliento.

Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, y manda tormentas, caudales de fuego, vientos desatados, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero esto es mentira. Es la tierra que cambia —y se agita y crece— cuando Dios se aleja.

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de mis hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, la piedra más antigua, el pétalo más tierno, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de luz, el manantial que soy.

A mí me gusta, a mí me encanta Dios. Que Dios bendiga a Dios.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Uts, mi primer comentario y ni modo de ponerte, en tono amargator que "DIOS NO EXISTE" ¿verdad? Así que ese pollito nos lo comemos después. Jaja.

Excelente Sabines, me gusta mucho. Este no es de sus mejores o más bellos poemas (a mi gusto). Pero supongo que andabas en uno de tus días de búsqueda interior y exterior, ¿no? Pero bueno, ahi platicamos después de poesía...

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Quijote dijo...

Creo que ese pollito de hecho ya nos lo habíamos empezado a comer.
A mi me encantan los poemas de Sabines, todos, desde La luna, hasta Me Dueles, efectivamente, depende del día.

Chilanga Catastrófica dijo...

Pues ese pollito no se coció y sólo hice berrinches un buen rato el domingo y quedé un tanto afónica y asoleada... Y a Sabines siempre hay que tenerlo cerca no?

Anónimo dijo...

Creo que odio el pollo: llevo dos semanas comiendo pollo diario.

Mejor nos comemos otra cosa, o nos tomamos unas chelas para terminar esas pláticas. Saludos!

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30 años. 29 primaveras y 31 inviernos.