Oríllese a la orilla

En Estados Unidos se esta debatiendo si la tortura es un instrumento legal para sacarle la sopa a los malos. El tema es si los malos tienen derechos humanos. ¿Son los de Al Qaeda humanos? Por otra parte, con el objetivo de obtener la información necesaria para salvar a los buenos de otro ataque, ¿se justifica tratar a los malos como no humanos? ¿Son los estadounidenses imparciales para juzgar lo bueno y lo malo? Si se invadió a Irak por el petróleo, ¿no debería ser tratado Bush como terrorista? ¿Deberíamos de respetarle sus derechos humanos? Pero al menos les quedan Instituciones relativamente sólidas, para que lo que digan las leyes, medianamente se acate.

Mientras esos debates se dan en la nación más poderosa del mundo, en México se aprobó en la Cámara de Diputados la Reforma Judicial. La cual, dicen los especialistas, tiene algunas cosas positivas como la inclusión de juicios orales y cosas negativas, como el cateo sin orden judicial. Sin embargo, todos los ciudadanos reconocemos que el problema de fondo es el siguiente (Reforma,2007):

El subdirector de Seguridad Técnica y Escoltas de la Policía Judicial capitalina, Héctor Orozco Sánchez, salvó la vida luego de que en estado de ebriedad estrelló su patrulla contra un árbol en Calzada de Tlalpan…Aparentemente Orozco Sánchez, de 45 años, intentó escapar arrastrándose, sin embargo, no llegó lejos.
Según los rescatistas voluntarios, el policía se encontraba bajo los efectos del alcohol al ser atendido e ingresado a la ambulancia, por lo que varios agentes se presentar tras recibir la noticia del percance.
"Viene bien ebrio y no quiere decir cómo se llama. Trae la placa en la bolsa y ahorita tenemos que ver a dónde se trasladada", señaló un rescatista.
Minutos más tarde otro grupo de judiciales se presentó para apoyar a su compañero, sin embargo cuando se acercaron a la ambulancia recibieron su rechazo con palabras altisonantes. "Ya te mande dos veces a chingar a tu madre a ti", gritaba el subdirector de la Judicial…El mando tiene una antigüedad de 15 años en la Procuraduría, durante la anterior administración fue jefe de escoltas del ex Jefe General, Damián Canales; y luego fue enviado al Grupo Especial de Reacción e Intervención. Actualmente coordina la vigilancia en los edificios de la PGJDF.

Con esta clase de Policías, no habrá reforma suficiente para mejorar el sistema de justicia. El tema central es: ¿Quién confía en La Policía a nivel local o federal? ¿Alguien respeta a los Policías? ¿Alguien cree que los Policías son profesionales y honestos? Nadie, y con justa razón (aunque hay sus honrosas excepciones).

El problema es desesperanzador. A nivel federal, la lucha contra el crimen organizado se ha basado en una serie de operativos con la inclusión del Ejército que tuvieron una repercusión mediática positiva en el corto plazo, pero no conocemos un Plan Integral de largo plazo y además no hay ningún indicador claro que nos permita ver si hay algún avance de lo que parece ocurrencias que obedecen más a la lógica de la popularidad y la legitimidad del poder que a un establecimiento de Instituciones sólidas que garanticen la correcta ejecución de una estrategia de largo plazo contra la inseguridad.

A nivel local, es decir, el en D.F., nos dieron la misma sopa. Algunos operativos con alto impacto mediático y dicen que el crimen ha bajado con cifras que nadie cree. La realidad es que a 10 años de gobierno del PRD cualquiera que tenga contacto con un Policía, puede darse cuenta que la incompetencia y la corrupción cínica siguen siendo el sello de las corporaciones policíacas. ¿Cómo olvidar el “oríllese a la orilla”?

El panorama es negro. El PAN, con Felipe Calderón al frente, supo reconocer la inseguridad como el segundo problema más importante del país (después de la pobreza y como parte del mismo), pero se ha mostrado totalmente inefectivo y con una visión de corto plazo. El PRD tiene dos vertientes. AMLO que ignoró y sigue ignorando el tema, y el gobierno de Ebrard que siguió una tónica similar a la del gobierno federal.

El caso de la Capital es especialmente preocupante, como ya mencionamos ya van 10 años de gobierno del PRD. Marcelo Ebrard era el Secretario de Seguridad Pública y ganó el gobierno de la Ciudad con mucho margen a pesar de los magros resultados en Seguridad. Es cierto que la ciudad se ha beneficiado de políticas públicas positivas en muchos ámbitos con los gobiernos del PRD, pero la sociedad parece no exigir cuentas en éste rubro, por lo que seguramente le quedan al menos otros 10 años de gobierno al PRD al frente de la Capital y no se ve ningún plan de seguridad de largo plazo.

Es justo reconocer que la sociedad es activamente parte del problema. Recuerdo un viaje a Chile, en donde un mexicano sugería darle una “mordida” a un Carabinero chileno, los chilenos se rieron y dijeron que con la sola sugerencia, seguramente iría a dar a la cárcel. En Perú, en donde se tiene un presupuesto mucho menor, la Policía no tiene la misma fama, incluso los peruanos que vienen a México se burlan de nuestra Policía, “es como TinTan” dicen arremedando a un oficial que los detuvo y le ofrecieron 20 pesos (que es lo que ofrecerían e Lima), “Noooo jovenazo, cáigase mínimo con un tostón…”

Es una vergüenza, y no hay quien le entre al problema para reconvertir a esa institución llamada Policía, en una Institución digna.



Referencia:

Gerardo Olvera y Luis Brito, Reforma 17 de diciembre de 2007.

Los chamacos andan sueltos

Sí, los chamacos andan sueltos, y no por Navidad. Los chamacos, bueno, en realidad, los chamucos del PRI, andan sueltos. ¿Quién lo hubiera pensado? Después del 2000, ingenuamente creímos que se terminarían setenta años de impunidad, mal gobierno, abusos, clientelismo, etc., etc., etc.

Ja, ja, ja.

¿Y?, ¿qué pasó? Entramos directamente a la democracia de… “la dimensión desconocida” o a una novela de Stephen King llamada “Si se podía… pero más impunidad y con más transparencia y cinismo”.

Ahora, añoramos aquellas épocas “doradas” en dónde si un diputado, un gobernador o un sindicalista priísta se pasaba de la raya, es decir, robaba demás, mataba demás o simplemente hacía lo anterior, pero sin cuidar las formas. Entonces, salía el Presidente a poner orden en la tribu. Evitaba los excesos, fomentaba, por lo menos, guardar las apariencias, la mugre no podía ser tan evidente. Que años aquellos…

Lo mejor fueron los ingenuos los que abandonaron las filas priístas en los últimos años pensando que el PRI y su impunidad estaban acabados. La época dorada del PRI, ¡es ahora!, los priístas pueden hacer lo que quieran. Están como en un parque de diversiones “Mexicolandia, el parque de diversiones más grande del mundo”, con todo el dinero y sin papás que los cuiden. No hay límite, ya ni siquiera hay que guardar las formas y las apariencias.

¿Que Calderón y el PAN los van a poner en su lugar al final del sexenio? Si, posiblemente les den la Presidencia también. Lo extraño es que los gobernadores si se sirvan con la cuchara grande y los diputados no, ¿o será que no nos estamos enterando? Sres. Diputados, si no están aprovechando, por favor, ¡pónganse buzos!, ¡es hoy!, estos cinco años de felicidad no van a durar para siempre, si ganan la Presidencia otra vez van a tener al Presidente poniendo orden, ¡¡¡APROVECHEN!!!

La Suprema Corte. El último resquicio de dignidad de las Instituciones, del avance democrático, de la división de poderes a nivel federal. Inocentes palomitas. Todos los analistas, intelectuales y otros despistados cayeron redonditos. La declaración de inconstitucionalidad de la Ley Televisa, hizo creer a muchos que todavía quedaba una Institución con dignidad en México. ¿¿¿Jelou???? ¡A abrir los ojos! La realidad es que ya todo estaba arreglado, la Ley Televisa se aprobó por si ganaba el “Peje”, le transfería todos los poderes a los medios de comunicación para perpetuarse en el espectro radioeléctrico hasta que el calentamiento global lo permitiera. Pero al no ganar el “Peje”, la valerosa Suprema Corte le regresó la discrecionalidad (y con ello el poder) al Ejecutivo para otorgar las Concesiones y con ello el poder sobre los medios. Así nuestros súper héroes de la Supersuprema Corte de Injusticia (que interpreta las letras en el papelito llamado Constitución de acuerdo a los tiempo políticos) sacaron a relucir su verdadero cobre con el caso de Lydia Cacho. ¡Claro! Todos los medios electrónicos están indignados, no solo les quitaron el regalote de la vida eterna con Ley Televisa, ahora verdadera y cínicamente se pasaron la justicia por el arco del triunfo. Además, con el grandioso argumento de que apenas le dieron una calentadita. ¿Qué se creen?, si supieran de todos lo torturados y desaparecidos, pinche vieja ingrata.

Como diría el “Peje”, al diablo con sus Instituciones, que, efectivamente las tienen secuestradas los chamucos del PRI, atando a la “derecha” del Congreso y a la “izquierda”…, a la “izquierda”…, bueno, ésa, está perdida en algún lugar de … “la dimensión desconocida”.

Jóvenes desempleados, no busquen trabajo en una trasnacional, una PYME, ni en el gobierno federal. El presente y el futuro está en el PRI, ahí se la van a pasar a todo dar, sobre todo si son gobernadores, van a aprender el verdadero uso del poder y van a estar como chamacos sueltos en un parque de diversiones. No pierdan su juventud trabajando, súbanse al carrito del PRI y diviértanse en “Mexicolandia”.